lunes, 30 de julio de 2012

Que te gustara Björk.

    Si fueras más dulce fumando, si mascaras con menos fuerza ese trozo de carne que luego se te pega en los dientes. Y huele. Si de vez en cuando apagaras el despertador para dormir eternamente, si en la almohada dejaras menos vello, si al ducharte hicieras menos ruído, o no arrancaras las cortinas. O no pusieras el teléfono en el soporte a sabiendas que está roto. Si tus drogas fueran menos duras y te duraran menos.
     Si cantaras con voz de tenor... si dedicaras más tiempo a leer que al gimnasio, si pusieras menos leche en el café. El café tiene que ser oscuro, te he dicho mil veces. Si no murieras de amor a diario por otros. Si dejaras acumular las cartas en el buzón y no esperar la llegada del cartero... si así fuese. Si así fuese entendería hasta que te gustara Björk. Porque te amaría eternamente.




viernes, 27 de julio de 2012

La Mili que no hicimos.




    Nos hablaban hace años de una revolución sexual en una canción que hemos cantado cual himno a pleno pulmón en antros dónde aún se fumaba. Siempre me imaginaba una revolución con guerrilleros así, como los sirios; fornidos, torrados, narigones, fumadores. Preciosa revolución en la que mataríamos por ir al frente todos éstos objetores de conciencia que representamos la generación indisciplinada de la España del paro, la prima de riesgo y la crisis. De la nueva España fascista en la que pronto habrá que montar barricadas y dirigirnos en tropel hacia Moncloa. 
    Esa 'mili' que no hicimos, ¿nos pesará hasta nuestros restos y como pueblo conformista moriremos bajo medidas opresoras, represoras, retrógradas e insatisfactorias?. Desde lo queer de ésta entrada, que para los indecisos confirmo que sí corresponde a una masturbación matinal, no quiero dejar de gritar a los rebeldes de España que necesitamos ser abanderados, guiados, dirigidos en ésto de liarla parda. Que si bien todas las noches no son noches de boda, todos los golpes sí pueden ser de Estado. 
    Compremos palestinas a granel, tabaco negro del que fumaban nuestros abuelos y desempolvemos esos estampados camuflaje que todos tuvimos para salir a patrullar la ciudad, para decir de verdad eso de que 'si ésto es guerra, vengan balas!'... 
    ... y si ésto es Siria, vengan ellos!

    

    Un muy cachondo Jesús Galeote.


miércoles, 25 de julio de 2012

Me pajeo, me tumbo, y me mareo.

    Y de repente me dan ganas de sentarme, hacerme café, liarme un Pueblo y volver a golpear éste teclado de manchas sospechosas. La vida errante, el errar en vida. Yo que coño sé. Algo que me quema y me atormenta como letra desgarrada de canción patética, fetén de varietés o espectáculos de pueblos veraniegos.
    He pinchado tanta música éste verano que me sudan los dedos de pensar qué ponerme ahora para escribir. Mozart me aburre, Tchaikovsky no confía en mí y Rosana ya ni siquiera es icono de bolleras. Veranos de brisas cambiantes, de interior a costa pasando por manchas vacías que al final se quedan en bonitos rincones, paseos empedrados o cuadernos que quemas por escribir con Pilot. Al final siempre es mejor el BIC, amigos.
    Ser pionero de la verdad, abanderar críticas enfurecidas o sentenciar con un dedo firme y a la vez tembloroso por un parkinson que adivino no muy lejano, son papeles que me apasionan. Pero, como dije en aquella falsa despedida, ahora es tiempo de observar. Ese ojo que todo lo ve pero que ahora no todo analiza. Por desgana puede ser, apatía que es mi palabra favorita o un gran proceso de aculturación que quiero internar en mí para despojarme de tanta mierda. Ay las mochilas! nunca quise mochilas y ahora no doy dos pasos sin ella. Toalla mojada de un día anterior y una biografía de Lola, la Flores, que por ser bandera nunca cupo en un balcón.
    Torbellino de colores que pretendo remover más que nunca. Los amigos siempre están, los que fueron volverán, y las que se casan quizás encuentren esa suerte que en mí doy por zanjada. Mejor dicho, gastada. Alegría de volver a golpear este teclado seméntico, como le gustaría a Baena que lo llamara. Alegría por recuperar caminos que antes fueron empedrados y se allanan para conducirme a una playa serena, con olas y con biografías de divas errantes.
    Verano que has venido a mí, ojalá llegues de la misma forma a todo el que de tí tenga sed.

    Un muy feliz Jesús Galeote.