La sensación de haber dejado las pupilas, conductoras del alma, a través de un teclado. Pluma moderna. Afán de contar. La expresión bloguera como única vía de ser capaz de mostrar sinceridad. Naturalidad perdida en pro de verdades disfrazadas de sentencia, de esa forma que algunos llamáis 'mi manera'. El sentir orgullo cuando a tí se refieren como el ácido bloguero o ávido observador. Ávido lector, más bien, me he vuelto de mis propias reflexiones con la trampa que ello implica. Agradecido recogiendo un premio que no existe pero que se cuenta por miles de clics. Neutrex tiene que acabar aquí tras etapas hiperactivas de sobreexposición de ideas, ideologías, creencias, a veces noticias, otras simplemente de mí.
Ésto nunca ha sido otra cosa que un modo personal de hacer las cosas. Muchas veces ha servido como canal de noticias que vapulea a los cuatro vientos secretos incapaces de ser contados en un café de media tarde. En un reality me llamarían zorra embustera, en Neutrex se me ha felicitado por ello. Que injusta es la audiencia, querida y loca Noemí. Criticadísimo en ocasiones, ninguneado en sus principios, aclamado gracias a perritas traviesas o a columnas políticas; ahora éste blog agota su fuerza tras sentir que en él no se ha contado lo más importante, lo más básico, lo que a algunos les haría entender por qué me sangra la lengua o uso tan a menudo la tecla delete. Por ello nacieron los 'escritos compulsivos', de los que no puedo desprenderme porque me atacan como la espuma al epiléptico pero que ahora irán a parar quizás a hojas de cuadernos que puedan ser quemados en cualquier hoguera embrujada.
Por ello, o porque entro ya sí en una nueva década de la que pretendo hacer otro Galeote, aún mejor para quién os guste y mucho peor para quienes lo detesten, siempre he criticado los golpes de pecho de aquellos que se consideran auténticos y fieles a sí mismos. No hay nada más auténtico que ser como te apetezca en cada momento. Me gustaría, a los que no lo compartan, avisarles de que están equivocados, de que es infinitamente más divertido crear personalidades y llevarlas a cabo incluso con golpes de pecho. Que la vida se vive a ciclos, y que incluso cuando se sufre, eres tú quién crea esa personalidad sufridora. Respeto a quienes quieren dejar su inconfundible huella en éste mundo, pero amo mucho más a los que confían en esa ola que borra nuestros equívocos pasos para marcar otros mejores y más fuertes, pero por supuesto también borrables a conveniencia. La vida no es ninguna mochila que haya que ir llenando. Siento decirte que nunca estuve de acuerdo contigo en eso, Amor nº1, como tampoco lo estuve contigo Amor nº 2 con aquello de que los tatuajes son como una biografía. En mi caso son decoro, o arte, o arte con guiño bonito al pasado, pero nunca marcas a fuego de sufridos momentos. Mi vida pretende ser muy ligera, para tener las espaldas siempre libres y poder tumbarme al sol de cualquier playa. Con olas.
Siempre me ha supuesto una enorme molestia llegar a un blog y que su última entrada tuviera dos años de antigüedad sin alusión alguna a que ella en sí fuese la última. Lo bueno de los blogs es que son libros que no se cierran, pero por supuesto quiero dejar claro que es ésta la última entrada de un total de 500. Quizás sean 492, pero ya sabéis cuánto adoro una rotunda redondez. 500 no es feo, aparece en el título de una película demoledora cuyo visionado te hacía más fuerte, o al menos más sensato. A todos los que habéis hecho 75000 clics en Neutrex me hubiera gustado haceros más fuertes, más sensatos, más corruptos, más canallas, más libres. A mí me toca analizar, ahora sí en otro medio, si realmente yo lo he conseguido hacer conmigo. Cualquier frase que aquí hayáis leído, incluso en tono de crítica, no ha sido más que un espejo en el que me he mirado para perder el pudor a verme tan malo.
Terminar de forma apocalíptica, ya me conocéis, no implica que nadie deba preocuparse por mí en absoluto. Voy hacia otra cosa más banal, o eso espero, aunque al final todo me salga profundo y se necesiten varias olas para borrarlo.
Mientras, sigo en www.jamastuvemelena.blogspot.com contándoos lo divertido que es todo y lo feliz que me siento haciendo el indio con mi pelo. También repartiré MANDANGA dónde nos dejen (por lo pronto el próximo día 7 en Trifásico Bar), colaboraré con las webs que he colaborado siempre que me requieran, escribiré un corto con un amigo cuando se decida y habrá libro cuando por fin me centre. Haré siempre de mis 'escritos' mi mejor voz, y todo ello mientras llegue el día en que pueda hacer café a las 10 de la mañana con mi mejor sonrisa de marido mantenido. Ese día me retiraré para convertirme en mero espectador de vuestras vidas desde un jardín repleto de ciénagas y cariótidas... Intentad al menos que el espectáculo sea interesante.
Besos a todos. Os quiere.
Jesús Galeote
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