lunes, 15 de octubre de 2012

Refugio en nada.

    Sentir pánico es el peor, claro, el peor. Pánico por volver a una ciudad que, aún con pena, sientes no ser tuya. Por pasear por calles con gentes ahora irreconocibles, no tuyas. Nunca tuyas. Tuyo es el origen, sí, el origen; pero no decidiste la evolución de tus raíces, mucho menos de las suyas. Quizás sí, aseguras. Olvidar por cuatro días que éste asfalto te resbala pese a ser el más seco. Que tus pies aquí no andan y has necesitado de dos ruedas para pasar por sus calles casi al vuelo. Sin rozarlas.
    Tu casa, siempre tuya, segura. Te aguarda. Cierras su puerta con la no fuerza de una maleta que, generalmente, te arrastra. Descansa, tú, ya estás en casa. Su suelo, al menos, nunca resbala.
 
    Refugio en nada es la sensación de llegar a casa en una ciudad que cada vez sabes más equivocada.
    Jesús Galeote.
 
 
 
   
   

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