Jessica está triste.
Kiko la ha dejado.
El twitter lo ha desvelado.
La Panto se ha enfadado.
Remedios la ha cagado.
A Barbara todos/as se han follado.
Urdanga está imputado.
La crisis no ha acabado.
La recta final del 2011 está siendo tan raruna como raruno es siempre un fin de año. Ayer leía un blog bastante bueno, se llamaba New Year's Drama y hablaba sobre situaciones absurdas/reales/patéticas que se producen la noche del adviento del nuevo año. A mí siempre me encanta hacer un resumen del año a nivel personal, pero éste año ha sido tan raruno que no quiero recopilar nada mío y prefiero hacerme eco de los titulares que han pasado los últimos días. Un país de pandereta dónde los que solo deben dedicarse a representarnos meten la mano; dónde las vedettes que a nuestros padres habían empalmado hasta la tijera han realizado; dónde el hijo de una coplera se lleva un millón de euros por vender un embarazo devenido en aborto y una boda devenida en ruptura vía Twitter; dónde una ex Miss España hace perder dinero a un estudiante por un arrebato en unos tiempos en los que no juntas unos euros ni comiendo pollas en Montera en pleno día 24...
Mientras eso ocurre, el 2012 se asoma disfrazado de la esperanza que dan los números redondos, pares, y poco apocalípticos. Parecer ser (cruzemos dedos que quedan dos días) que al final en 2011 no se ha acabado nada, ni el mundo, ni la vergüenza; que entraremos como siempre borrachos o drogados, y tarde, muy tarde, cuándo la resaca te lo permita.
Hacedme un favorcillo, cuándo os despertéis y sea 2012, intentad jugar a que todo ha empezado de nuevo, poned el contador a cero y vive, que es par, el año más redondo que puedas... que luego viene el 13 y algún historiador dirá, como siempre, que todo ha acabado.
Feliz año princesas.