Me acabo de meter en una nueva movida literaria de la que ya tengo muy claro cómo salir y en la que me apasiona entrar a golpe de música clásica. Será que he madurado o que irremediablemente terminaré como esos chiflados que se dejan el pelo crecer y acumulan basura en casa pero que mantienen intacto el tocadiscos y la colección de Tchaikovsky. Todo lo que queráis, me vale. Todo, menos llamarme insensato, exhibicionista o chiflado sin más. Aquí el chiflado escribe, mejor o peor, pero se moja.
Ayer me dijeron lo más bonito que me han dicho en mucho tiempo, era algo así como 'qué orgulloso estoy de ser tu amigo'. Nos lo decimos muy poco, pero cuándo llega, es como la Introducción a Escena de ese maravilloso lago. Chapotearemos juntos en ésto, lo sé. Yo, Antonio, Te Quiero, y aún no sé si estoy orgulloso de ser tu amigo u orgulloso de que tú seas mi amigo.
Ambas formas de querer son preciosas, pero la segunda significaría que al final algo estoy haciendo bien, y el egoísmo nos puede a todos.
Y sí algo estoy haciendo bien en ésta nueva historia, por supuesto necesito que tú seas el foco que dé vida a éstas nuevas personas que han llegado a mi vida y que espero presentarte muy pronto.
Es Navidad. Es Te Quiero. Es una pena que no uséis tan bonita expresión.