domingo, 4 de noviembre de 2012

El canto de la Nutria Política.

    El día de los eruditos quiso tener la nutria su buen sitio. Recuerdo aquél Cantos de Sirena con el que Inma Serrano se dormía con la esperanza de amanecer con su amor bien cerca. La nutria, en cambio, me ha despertado con su canto desesperado y desarraigado. Desesperado por lo literal de la expresión. Desarraigado por no haber encontrado su sitio.
    Tal y como el desarraigo de los homosexuales cubanos perseguidos en los setenta. Amaban a una tierra que no les quería, o a la que sólo servían como ávidos feladores del malecón pero que los encerraba en la prisión de El Muro tras la descomunal corrida. ¿No hay mayor desarraigo que pertenecer a un sitio que no te quiere?
    La desarraigada nutria llora desconsolada e implora por las autopistas de la comunicación un hueco en el gran show que otros representamos. Reinaldo Arenas no hacía eso querida nutria, ni se inventaba artículos en diarios virtuales en los que yo mismo puedo escribir. No funciona así el mundo; no en un siglo que ha sabido usar el lavavajillas ni mucho menos en una ciudad en la que las mamadas del malecón las hacéis, los eruditos, en carreteras sin salida de El Limonar convertidas en miradores. O en vertederos.

    Aquí, en mi sitio de prosa libre, dónde ninguna idea política me obliga el tono, dónde soy capaz de juntar literatura barata con críticas enardecidas hacia otros. Aquí, en mi mesa de mezclas que actúa cual batidora de música, de temas y nunca de amiguismos. Aquí, les digo a todos ésos que conforman la Nutria Política y critican a 'mi clase' pese a querer verla enfrente cuando predican, que el eje Casapalma - Beatas jamás estuvo tan vivo como ahora. Y sí, vive de ideas políticas que cambian a nuestro antojo. Y sí, oigan, es un eje que se acuesta con azules, con rojos y hasta con despojos sociales. Porque éste eje, queridos todos, no filtra sus gustos en los aledaños del ayuntamiento o en señores calvos de gran apariencia y poca paciencia.
    Cada uno con un arte que no es tal, que se divierta a su modo en el mundo a tres fases o en el gran parlamento de la ciudad. Dejemos de jugar a ser Capotes, Reinaldos o Moniches, puesto ninguno de ellos se esconde tras artículos virtuales o banales acusaciones sin el valor de dar nombres. El arte de la relación social ni lo dominas tú, querida Nutria, ni nosotros a las 6am recogiendo los despojos de Beatas un sábado cualquiera del año 4 después de la crisis.

    Un aludido a éste artículo http://blogs.diariosur.es/igelibter/2012/09/19/politica-de-bares/
    Jesús Galeote.



   

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