Como un roscón que nunca se sabe que esconde son éstos días. De repente vas a comprar apurado y la cola en cualquier caja del Corte Inglés supera tus expectativas. Miras al nuevo cd de Julio Iglesias que le vas a regalar a tu padre y piensas, 'tánto para ésto..'. Vas a la FNAC y es peor, hay chicas comprando discos de El Arrebato, esposas fieles que compran sagas de Star Wars en edición Deluxe o maricas embutidas que buscan a su diosa embutida Beyoncé. El tráfico en la ciudad es de terror, el claxon ya no responde y has tardado una hora más de lo normal del trabajo a casa. La credit card ha quedado rayada de tanto viaje y a tu cuenta le faltan muchos ceros que para colmo 'no son para tí'. Es tiempo de generosidad forzada, de esperanza truncada y de roscos de crema por los que también hay que esperar cola. Al final, una cerveza, que terminan siendo cinco, al sol de una plaza malagueña. 'Mierda!, me queda un regalo'.
Felices Reyes, Magos.
