miércoles, 18 de enero de 2012

amanda mair



    Ésta chica tan mona y tan sueca estuvo ayer tocando en Málaga. Fue su primer concierto en España, más que nada, porque aún tiene 17 añitos; eso sí, tiene una gran sensibilidad y quizás aún muy poca seguridad.
    Con vestido y botas negras y sobrecamisa blanca se presentó, echa un flan, en el escenario de Ollerías. Nos deleitó con su voz y piano, interpretó su escaso repertorio (aún no tiene ni un álbum), repitió el tema más aclamado y dijo adiós y thank you. Todo bajo un halo de ángel escandinavo que no sabía muy bien por qué estaba en ésta ciudad ni por qué había casi llenado la sala.

    Después, compartimos mesa y mantel con ella, su padre, su productora y un fans catalán. La chica apenas abrió la boca para otra cosa que no fuera comer, pero nos escudriñó a todos con la mirada, sonrió cuando fue necesario y se fue a dormir con papá porque al día siguiente se marchaban.

    Le faltan tablas, le falta vida y le sobra lo nórdico; pero sí tiene mucho rollo, bastante buen gusto para su edad y una estela especial de futura estrella. Que te vaya bonito, Amanda.