viernes, 9 de diciembre de 2011

Yo ahí no entro, están cenando los de Bershka.

    Bershka, Mango o Stradivarius.
Si éste puente tiene un denominador común... es las malditas cenas de navidad del gremio del comercio. Y sé de lo que hablo. Cuantos 5 de diciembre me habré pegado cenando con chicas de mechas rubias, mariquitas más arreglados que yo y encargadas que van de guays esa noche.

    Los días anteriores no son menos. Peleas de gatas por reservarse el vestido de lentejuelas que ha llegado en el camión del miércoles, nervios sin explicación y muchas promesas de 'peazo noche que nos vamos a pegar'.
    Al final, la típica muermo que lleva al novio, la encargada que se pasa con la coca y el súper jefe, si aparece, que te toca al lado en la mesa del restaurante chino de nivel medio alto que habéis escogido para celebrar que aún no es navidad y que te quedan todos los domingos del mes por currar.

    De pedazo de noche, poco. De rencillas resueltas, nada. De exaltación de la amistad, millones. El facebook aparece petado de fotos de las que desetiquetarte y lo más comentado será el baile que te pegaste por Rihanna allí en medio 'tio que guay es que fue lo mejor de la noche yo me meaba'. Te recordarán eternamente por lo divertido que fuiste y alguna que otra comentará que acabó con el chico ese de la tienda de al lado que casualmente también celebraba su cena de Navidad en el mismo Chino.. Y cómo todos tendréis en facebook a algún especímen tendero (del que he formado parte varios años, repito), no necesitaréis que ésta entrada lleve foto, sólo buscad las suyas del día 6, del 8, o de mañana... cualquiera es válida.


Es así, que no te cuenten otra cosa.