Los americanos, tan ignorantes en tantas cosas y tan magníficos en otras, acaban de hacer algo que en España es, a día de hoy, impensable. Acaban de homenajear a la productora El Deseo por su 25 aniversario.
Aquí en cambio, como si oyéramos llover. Lluvia a nuestros oídos es que gracias al manchego el cine español haya traspasado todas las fronteras. Lluvia a nuestros oídos es que La Academia más prestigiosa de cine se haya rendido a sus filmes en tantas ocasiones. Lluvia a nuestros oídos es que gracias a Almodóvar existan y pervivan en las retinas mundiales Andreas Caracortada, Pepas al borde de un ataque de nervios o Raimundas que limpian tumbas. Ahí, en tumbas, enterramos a nuestros genios con bastante facilidad. En eso sí somos expertos.
Que la figura de Almodóvar sea complicada y su persona resulte incómoda es una realidad que no debería en ningún caso sobreponerse a la absoluta genialidad artística del director. Negar que los filmes de Pedro, con sus batacazos y sus triunfos, son obras de arte reconocidas mundialmente es remar a contracorriente. El homenaje que la AFI le dedica a la productora El Deseo, debería ser recibido aquí como un homenaje a buena parte del cine español. Sin embargo, nuestro gremio prefiere callar y obviar efemérides tan importantes, que para ello ya estaremos los maricas, para hacernos eco.
Mi más sincera enhorabuena al cumpleaños de El Deseo, al reconocimiento que una vez más, ha debido hacerse fuera, y mis más enérgicos agradecimientos a la productora que me hizo amar el cine español en la medida que hoy lo hago.
Por unos 25 años más de buenas historias.
Jesús Galeote en colaboración con www.peliculeros.es
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