sábado, 29 de octubre de 2011

Mina.


    La Mina! cómo una vez me contaba su historia mi amigo Ivo de Milán, es la mayor artista que ha dado la Italia y que sigue en activo a a vez que oculta. Pese a ser alguien sempiterno, con reconocidísimos y reversionadísimos éxitos que están anclados en la cultura popular de cualquier español, francés o alemán; resulta fascinante el secuestro voluntario al que la 'Tigressa de Cremona' ha sometido a su imagen pública. 
    Mina no aparece en público desde el año 78. No obstante ha seguido editando álbum por año hasta la actualidad, incluyendo colaboraciones con grandes artistas de todo el mundo. Sin ir más lejos, el álbum Minage de Mónica Naranjo es en su honor y en él se incluye un dueto con la artista. Y ahí no queda la sombra de Mina; en directísima relación con el cine de Almodóvar gracias a 'Un año de amor' que versionó de forma magnífica Luz Casal para Tacones Lejanos; la Tigressa acuña bajo su copyright una amplia gama de las grandes baladas de los 80 que cantó en italiano, francés, alemán o incluso turco. Mina, además, es icono de referencia en Italia para el glamour, para el colectivo gay y para las transexuales que trasnochan por Milán. A día de hoy tiene una colunmna en el diario La Stampa y un blog en Vanity Fair. Todo lo que envuelve a su figura es apasionante, emocionante y obviamente, misterioso.
    Hoy he desayunado con una playlist italiana de las que te caes de espaldas. Y mientras sonaba, pensaba en Mina, en su retiro voluntario en Lugano, Suiza. Al parecer ha preferido que se la recuerde con la imagen de Diva joven y bella a ver el decadente aspecto que, dicho sea de paso,  realmente nadie sabe si tiene. Su círculo se limita al familiar y no sale de casa, dónde incluso tiene su propio estudio de grabación. La reflexión sobre la obsesión por la imagen no es del todo insana, he pensado. Mina siempre ha sido La Donna por excelencia y a todo ello contribuyó una imagen (como la superior), que la propia artista prefiere mantener en las retinas del público. El artista ofrece a su público lo que éste quiere ver de él.
    Si bien es cierto que debe de haber sido muy grande para que lleves más de 30 años vendiendo discos sin hacer ni una sola aparición o actuación en directo, Mina ha quedado totalmente fuera de una era audiovisual en la que la imagen, un vídeo o unas fotos, cuentan tanto o más que un puñado de buenas canciones.
   Hoy quiero daros los buenos días con ella y con ese halo de misterio que invadirá hasta su final, a la Tigressa de Cremona:


    Y además, un puñado de canciones italianas que todos deberíais conocer por vuestro bien...










No hay comentarios:

Publicar un comentario