miércoles, 7 de marzo de 2012

Creo que mi saliva es de gusto fuerte.

    El chorizeo aumenta por momentos. Los ladrones jamás van a la cárcel. En el camping de A3 María León se enamora del flipado del internado y yo me la casco sabiendo que esas duchas son fuentes inagotables de desenfreno. Quiero volver a Tarifa con mis amigos, con los que igual no veraneo más si no aceptan que ahora quiera tener una novia, así de repente. Al menos por probar. Nunca me gustó Belén Rueda, ni de rojo, ni rubia, ni saltando a un mar de leche PULEVA. Mujeres frías no quiero, recatadas, quizás. Bolleras también. Me han contado que lo dan todo, aunque se sorprenden cuando suben la mano al pan y en el pan no hay pechos, está liso. Liso está el cielo, ni una nube que anuncie lluvia, o un remojón. No puede ser que ya sea verano y ésto sea así hasta Septiembre, se nos escamaría la piel y nos arrastraríamos por el suelo si eso ocurriera. Camaleónico en otras partes. Por el suelo no, que luego viene la semana santa y se llena de cera y te vas quedando pegado, como un sello, pero sin necesidad de saliva. No sabía que hubiera salivas de gustos tan fuertes, dice una canción de Pastora. La mía creo que es así, de gusto fuerte. Lo sé porque cuando estoy haciendo actos que por repetitivos te dan de probar de tu propia saliva, la noto un poco fuerte. No mala, pero sí fuerte , y creo que es por comer chicles de regaliz. En cualquier caso, a Pastora le pone.. igual es muy cerda.
    Me depuraré de mi propia saliva y me vestiré para el éxito. Entonces hablaremos.


    Jesús Galeote.