lunes, 19 de marzo de 2012

El chico del asiento 17F

    Polluelo en francés. Mi salida del Sábado está trayendo cola y ahora me llama así, 'poussin'. Hacia dónde correr? Como mucho aletear, o volar. Me han dicho de todo en mi vida, y casi todo feo, pero jamás me habían llamado Poussin. Eso creo. De todos modos la memoria me falla desde que cojo más vuelos que cigarros al día. Sí, volar tiene que perjudicar a la salud mental. Tantas horas ahí comprimido, respirando el mismo aire de otras cientos de personas. Lo que no coja yo en un avión no creo que lo coja ni en un safari en Kenia lleno de moscas con malaria.

    El volar está muy mal. Hoy me he quedado traspuesto en un vuelo y me he despertado porque el avión, que sobrevolaba la provincia de Fujian, estaba atravesando un huracán. Si eso eran turbulencias que venta turbulento y lo vea. Sin más, he decidido cerrar los ojos fuerte y despedirme mentalmente de todos vosotros. Bueno de todos no que tampoco hay que llegar al túnel como los abejorros, todos juntos. No entiendo la gente que vive con los recuerdos a cuestas, creo que lo he dicho en más de una ocasión. Eso de que la vida es una mochila en la que vas guardando cosas... me cansa y me carga las cervicales:

    La vida es una turbulencia a 10.000 metros de altura. Un café que se tambalea, una azafata que no sabe dónde agarrarse y una sensación de vulnerabilidad y de final inesquivable que siente el chico del asiento 17F... Todo le ocurre por no comprar sus billetes en kayak.es, obviamente.

    Besos de uno que además de escritor, dj, marica, viajero, y curandero; ahora también es superviviente a una tragedia. Qué medallón me estoy ganando.




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