Es de mal gusto mentir después de un anuncio como el de ayer buscando pareja. Me gusta Pastora Soler, de siempre. Es una chica que sin ser mona, hay que mirar y sin hacer para nada un tipo de música de nuestro rollo, me encanta escuchar. Que levante la mano cualquier escritor, bloguero friki o persona que pasa horas ante un ordenador que no necesite de vez en cuando un baladón tipo La Mala Costumbre o un tema tan desgarrado como En Mi Soledad. Y si ya hablamos de ferias o de reunión playlist en mano... desconfiaré de una fiesta dónde no suenen Corazón Congelado o Damelo Ya, cosasbuenastieneHassánenlosjardinesdepalacio...
Eurovisión es otro cantar, y en especial el ambiente de 'todo vale' o de 'tú puedes' o de 'es muy puntuable' que crea un grupo de eurofans juntos es cuanto menos de análisis. Pero hay aún algo peor, los Antieurofans que les va la vida en denostar a los primeros. Mirar anoche Twitter era leer a gente que realmente parecía sentirse ofendida por la gala, por las canciones y hasta por la propia Pastora. Si hay cosas que nunca entenderé, una de ellas es la NO INDIFERENCIA ante algo de lo que te declaras ajeno.
¿Por qué se te va la noche del Sábado hablando pestes de algo que supuestamente no te interesa ni va contigo? Los antieurofans se creen en una posición de superioridad al tachar a los otros de frikis, y los eurofans suelen repetir las mismas pautas año tras año que les evidencian:
¿Cómo es el típico Eurofan?
- Homosexual o chica no muy agraciada. A mi entender el movimiento eurofan comenzó, pese a que nos traten vender que es de siempre, hace no muchos años, cuando el Festival estaba a punto de caer (en España) en un olvido absoluto. Los maricas, buenos desempolvadores de reliquias, comenzamos a darle cancha a vídeos de Massiel, Azúcar Moreno o Lydia en nuestras nuevas y recién estrenaditas redes sociales y comenzó a gestarse el agrupacionismo propio y necesario para poco a poco ir creciendo, captando gentes y terminar todos anoche en la gala de la 1 con un ambiente más festivo que el día de sus propias bodas.
- De pueblo/ciudad tamaño medio. La única explicación que encuentro es que en un pueblo muy muy pequeño es difícil encontrar a otro que le fascine eurovisión y que esté dispuesto a tomar café contigo para comentar lo puntuable que era aquella canción de Suecia que no ganó en 1994 o lo merecido que lo tenía Austria cuando no ganó en el 99... A su vez las megaciudades son propicias a reunir eurofans pero que suelen provenir de ciudades o pueblos más medianos, no a crearlos por ellas mismas. Bastantes artistas y yonkis generan ya como para también ponerse a dar eurofans al mundo...
- Suelen repetir ciertos patrones en el estillismo: combinan vaqueros feos con americanas negras, usan gafas de ver convencionales, tienen el arcoiris completo en Converse All Star, llevan camisetas coloridas bajo la americana y eligen los peinados en las revistas de peluquerías que están para eso, para elegir peinados, pero que nadie, excepto ellos, usa para eso, para elegir peinados.
- Puesta en escena / El discurso del Eurofan: si es escalofriante verlos hablar entre ellos, de TERROR es verlos hablar cuando se les pide una valoración. La prepotencia de saberse únicos y poseedores de una información súper valiosa (¬¬) les hace expresarse como auténticos catedráticos o premios nobel comentando algo tan vanal como una canción. A la sonrisa falsa de político en campaña y una dicción perfecta al pronunciar inglés, les sigue un conocimiento geográfico digno de estudio que les permite ubicar en el mapa europeo (¿?) ciudades como Baku o Tallín. Son inteligentes y de agilidad mental propia de marica entendida, de esa que es culta (y lo aplaudo) por pasarse en la adolescencia horas y horas frente al ordenador, mientras otras como yo, maricas callejeras, nos bebíamos los días a sorbos de Vodka y a golpe de bis a bis en callejones nocturnos ya mojados por el aguilla del amanecer.
Mi aplauso total a una tribu que no para de crecer, de autodefinirse y de expandir fronteras. Manteneos alejados de mí, eso sí....
Mi repulsa total a gentes que usan aquello del criticar por criticar y no se mojan en argumentarlo. A quien me tache a mí de eso que sepa que acabo de invertir media hora de mi domingo en analizar a los Eurofans sin ánimo de ofensa alguna.
Por cierto, se me olvidaba... hubiera preferido la canción más movidita. Suerte Pastora!