Me he enganchado a Revenge. Es lo peor que se puede hacer. Produce ansiedad, angustia y un sentimiento de soledad mucho más que fuerte. Fuerza que aparenta su protagonista para acabar con toda una trupe de farsantes que le hicieron la vida imposible. Imposible tener tanta fuerza. A veces se empatiza con ella. Nadie está ajeno del sentimiento vengador. Otras veces produce rechazo sus sed vengativa. Mejor vivir en paz, enfurecerte y crecerte en tu soledad para terminar siendo más fuerte... sin necesidad de sangre. Sangre que a días corre hirviendo y te hace visionar pasajes irreales y descontextualizados. Distorsión de la realidad, eso es la venganza.
Mañana me vengaré de todos los que habéis hecho de éste fin de semana una interminable cadena de destrucción para mi serrano cuerpo treintañero. Y vengativo.
Jesús Galeote.