Sobre las 2 de la tarde, una plaza del centro de la ciudad y 2 cervezas. Helicópteros de Policía que sobrevuelan nuestras cabezas mientras dejamos la era actual para viajar a una posguerra creativa, de necesidad de todo, de exilio. La jornada de Huelga propicia pensamientos arcaicos. Ambos bandos de una España dividida que sacan a relucir sus recalcitrantes discursos y pancartas. En medio de todo, nosotros, los que nos exiliaríamos si volviera la guerra, los que hacemos huelga por nuestras ideas y repulsas, pero no por sindicalismo barato que hoy saca su disfraz de progre.
Helicópteros que sobrevuelan un cielo azul de esperanza y por qué no, de una nueva ciudad, un nuevo país que por momentos parece estar a punto de recibir bombas desde el cielo. La guerra es necesaria dice Antonio. La posguerra es romántica, apunto yo. Dejemos de fantasear y busquemos un buen bar. La huelga no entiende de hambres.
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