Pobre Ana Rosa. Hoy es portada y no precisamente enseñando modelos primaverales a lomos de una bici de atrezzo o arreglando su huerta ecológica en primicia para AR. En su lugar, es víctima de un ataque casi terrorista del diario 20minutos. ¡¡En un podium maligno aparece como la tercera y la disminuida al lado de Susana Griso!!. Ana Rosa, La Reina Destronada, porta una corona de cifra infernal, 12,6% de dato de audiencia frente al casi 17% de sus contrincantas, ganando el ranking la doble de Eva Longoria que ameniza las mañanas políticas de la TVE.
Telecinco debe estar en decadencia y se lo merece más que nunca. Ejemplos no faltan cada día. La esperadísima serie sobre la Pantoja, que ni es tan mala ni al parecer muy verídica, podría ser un buen producto del entertainment patrio sobre un personaje sin duda de interés; pero T5, que da carnaza y busca carroña, adorna cada capítulo con un programa MALÍSIMO de mesa de debate y falsas exclusivas de ningún interés general. Cansados estamos los espectadores mainstream de Mayte Zaldívar o de Angela Portero contando historias sacadas de novelas mafiosas y con un rencor que dudo se aprenda en ninguna facultad de Periodismo. Se va todo al traste. Un biopic interesa, pero un programa cutre sobre un biopic, lo destroza. Por mí, Mi Gitana ya está más que sentenciada.
Las tardes de Sálvame están más perdidas que nunca. Vale que hace un tiempo hiciera gracia el momento reunión de 'desamigos' tirándose los platos a la cabeza o bailando el chuminero, e incluso que tuvieran el acierto de reunir a lo mejor de lo peor y de hacer telebasura a conciencia. Pero el formato no aguanta. El programa se desvanece, si no en audiencia sí en interés, entre gritos y gestos demodé de una Esteban que sigue creyéndose poseedora de una legión de fans que le permite cualquier cosa; entre una Mila Ximénez totalmente perdida por a saber qué tratamiento que la ha enfurecido contra el mundo a niveles inadmisibles; por unos Kikos, más duros que los de Churruca, y cargadores de un veneno que siempre vierten en la misma dirección; por una Rosa Benito muy 'cansada' de un marido 'nini' y una hija que no vale, y es que no; por una Chelo García Cortés que maldice el día que salió de Antena3 para terminar contando sus 'tijeretazos' con Bárbara; por una Karmele más que 'chocha' que ni siente ni padece y, cerrando el desfile, unos BolloRollán que hacen piña frente a la jauría que abuchea cada aparición de su amiga Maribel. En este mar de peces muertos y mal gusto, sobrevive como puede una Terelu Campos que sin ser nada de eso parece encontrarse agusto, de momento, en esas aguas residuales.
Hace mucho que no paso una tarde en casa, pero Sálvame sin duda es un programa listo para sentencia.
Del veneno más ácido al pastel más diabético se pasa la cadena en las tardes del fin de semana. María Teresa, antaño reina destronada también, ha encontrado al parecer la receta para dulcificar la parrilla... el problema es que se le va la mano con el azúcar. Un coro de palmeros formado por periodistas, cantantes frustradas y pretendientas venidas a más, que ríe sin ganas todo lo que la jefa cuenta, a veces incluso, y ahí lo escalofriante, sin que lo cuente para causar gracia; pasan la tarde entera enseñando piernas y entrevistando a personajes con los que la mayoría ni ha convivido. Nos quejábamos de que en España no se hacían programas con actuaciones musicales, ¿no?, pues la Campos te da tres tazas de Supersingles cantando Supersingles con intérpretes de antiguos Supersingles. Extriunfitos con nómina, viejas 'glorias' que se encuentran más que perdidas en un plató de éstos tiempos y 'exnovias de' estratégicas que cuando pensaban que no había vida 'después de' llegó la Campos y les dió una silla. Desde luego que MariTere es la que más hace en éste país por descargar las colas del INEM, pero mucho me temo que haga poco por una televisión de calidad que la ha avalado tantos años. Si no para sentencia, Qué Tiempo Tan Feliz está sin duda listo para revisión.
Dejando detalles de programas aparte, con la nueva reforma laboral debería Basile plantearse un ERE de esos que el PP les permitirá aunque no presenten pérdidas, y poner a desfilar por Fuencarral a la mayoría de los nombrados y a alguno más. A Lydia Lozano, que caerá bien pero la informa su peor enemigo; al conde Lecquio, cuyo sexappeal terminó en tiempos de Mar Flores; a Marta López, que pese a la dificultad que debe suponerle mover su dentadura superior, el sonido de su voz supera a la media de cualquier garito nocturno; a Chiqui, porque estoy seguro que en el paro habrá más enanos que ella y no piden ni compasión ni un micrófono; a Paloma Zorrilla, por lo hiriente que resulta oírla... y no sólo por lo que dice; o a Paz Padilla, que tendrá 'musho arte' pero deja el rol de presentador de televisión a la altura de diplomatura a extinguir.
Podría seguir aburriendoos con la basura televisada, queridísimos piscis, desde éste traje de crítico que me he vestido hoy. Pero no. Me apetece agradecer a todo aquél que por la noche ya no vive, aquél que te espera en cualquier otra cadena, con otra visión de las cosas, con otros temas, con otras tramas y con muchas ganas de actualizar a nuestros gustos el concepto de 'entretenimiento'. Corren tiempos para la lírica, y éste antiguo defensor de la telebasura que no pretende otra cosa que ser vuestro gurú de opinión, se desmarca con punto y aparte del universo telecinco y de las Reinas Destronadas. Pobre Ann Rose, ser el comienzo del fracaso.
Jesús Galeote