miércoles, 18 de abril de 2012

La Cultura que pintaba Pollas.

    Mario Vargas Llosa asegura que el Erotismo es Cultura, haciendo referencia a que al erotismo se llega a través de la otra. El sexo en sí, existe, se da en cualquier sociedad, es primitivo, animal. Sólo el ser humano, y más concretamente las civilizaciones que desarrollan cierta cultura, consiguen convertirlo en Erotismo. Quizás es algo muy obvio, pero lo enmarcaba en el contexto de su última obra, La civilización del espectáculo, y he de confesar que pese al cierto tono conservador que de éste ensayo se desprende, me apasiona mucho más el ritmo apocalíptico con el que trata el tema:

LA DESAPARICIÓN DE LA CULTURA EN FAVOR DEL ESPECTÁCULO.

    Ahí la gran línea que divide el ensayo; cultura / espectáculo. En una extensa entrevista acerca de su nueva obra publicada el domingo pasado en El País, el escritor expone bajo un tono nostálgico, por qué no, antiguo, sin oponerse en ningún momento a nuevas corrientes o tecnologías, su defensa sobre la idea de que la actual cultura no lo es tal y como se entiende. Es entretenimiento, diversión, espectáculo, que cultura es otra cosa. De su entrevista se desgrana que hablar de moda o cocina no puede ser cultura o que dedicamos mucho más tiempo a charlar sobre moda en lugar de hacerlo sobre música u obras de arte. Sin duda abre fuego contra la cocina, televisión o moda de una forma tan directa que no dudo que llegarán prontas respuestas por todos los medios.
    Decepcionado tras su última visita a la bienal de Viena, decidió atacar el tema en un ensayo que al menos yo muero por leer y que compraré en cuanto vuelva de éste viaje.

    Hoy en día superamos todas las concesiones al tratar de hacer cultos a quiénes saben mucho de divas pop, de series tipo Glee, Perdidos, How I meet your Mother o que están al día del tumblr de alguna moderna... No puedo estar más de acuerdo con que eso es sólo entretenimiento, espectáculo. Que no por ello deja de ser válido, incluso bueno, y del que me declaro consumidor. De igual forma el arte ha degenerado muchísimo en los últimos años bajo el súperpermisivo nombre de Contemporáneo que ampara cualquier mierda expuesta en ferias tipo ARCO y en museos de renombre que se llevan gran parte de las subvenciones destinadas a desarrollar movimientos artísticos de calidad.
    Ni todo lo joven es malo, ni todo lo de ARCO mierda, ni todos somos contemporáneos, ni lo contemporáneo ha de alejarse del espectáculo ni mucho menos el entretenimiento es detractor de nada. Nunca entretener puede ser detractor de nada; al igual que no siempre tiene por qué ser enriquecedor para la mente. Hay mil negaciones que hacer sobre éste tema para no pecar de nada. El tema es arduo complicado y al final nadie entiende el concepto de ARTE, nadie sabe definirlo. Yo, ante la incertidumbre, aconsejo siempre con dejarse llevar y disfrutar simplemente de lo que a uno le mueva, siendo consciente de si eso que te mueve es cultura, crea cultura, o simplemente te divierte y después nada...
   
    Pese a todo ello ya he cometido el primer gran error, que es hablar sobre algo tan abstracto y subjetivo que nunca podrá encontrar cánones universales que lo definan. Acudimos durante el año a miles de exposiciones con la sensación de que todo el mundo puede ser ilustrador o fotógrafo; nos tragamos bastantes mierdas musicales pensando que algún día habrán marcado época; acudimos a saraos de moda con el ansia de encontrar una nueva generación de talentos, o comentamos los platos del nuevo restaurante de moda como si nos fuera nuestra vida en ello.
    Pero hay un día que vas al Prado, o al Louvre, que vas a una exposición de fotos que realmente se destaca del resto, o que escuchas por casualidad buena música, buen rock, buen jazz, incluso buena electrónica, y ese día, ese sentido por el que lo percibes te hace apreciar realmente la diferencia. Ese día miras y ves que cualquier niñato con cámara réflex no es fotógrafo, que cualquier banda por muy indie que luzca no hace buena música o que en un sarao de moda, por lo general, hay gente disfrazada de algo que no es cuando baja de sus tacones a ponerse de rodillas.

    No intento dilapidar en absoluto el espectáculo o el entretenimiento, pero empieza uno a cansarse de perfiles populares, de bloggers nada naturales o de estudiantes de arte que por dibujar pollas se autoproclaman transgresores. Lo consumimos como entretinimiento, poco aportará a una cultura que ya ni de underground entiende... por haberlo visto todo. He dicho.

    Jesús Galeote.





  

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