No deja de parecerme curioso que nunca sabes el tiempo que hace en el destino hasta que no atraviesas directo hacia abajo como un halcón esa capa de nubes que sobrevolamos y bajo la que se encuentra el clima real. Tras mi paisaje idílico, he descendido a la humedad, la lluvia y el agobio de Hong Kong. Hong Kong es muy verde en sus alrededores y muchas pequeñas islas forman un enjambre alrededor de barcos, playas, Disneyland Resorts y chinos que no lo son. Hong Kong además, es permisivo y muy británico, se conduce a la derecha y puedes llegar sin Visado... motivo de mi entrada a China ésta vez por aquí en lugar de por Shanghai.
Al salir por fin de la terminal, la bofetada de calor bochornoso me ha inundado los pulmones y los recuerdos, y es que casualmente, hacía justo 3 años de mi primera visita a China. También fue por el permisivo Hong Kong a causa de mi falta de visado. Nada había cambiado, bueno yo un poquito. Pero la primera calada al cigarro me ha sabido igual, la ropa se me ha pegado de la misma forma y el pelo, eso sí, el pelo, mucho más largo que entonces, ha sufrido su primer golpe bajo a modo de ensayo del verano que le espera.
Tras pasar la aduana en la que a punto he estado de ser deportado a España por una pequeña fisura en mi pasaporte remendada con un buen fixo industrial, hemos saltado a Shenzhen y de ahí finalmente a Quanzhou, dónde una vez más homenajean mi apellido materno y me reciben como Mr.Moreno...Mamá, tu estirpe en China no moriría.
Tengo poco más que contar por hoy. Estoy mega cansado y recién duchado y lo único que quiero es hacerme una buena paja y un buen tazón de manzanilla. Buenas noches, os desea:
Me pondré un temita de mi adorado Diego y su grupo Adrianigual, que aún no sé por qué no amáis:
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