Se encuentra en la calle Deseo, en el número 6, es un club de lo más divertido. Se llama El Infierno. Aviso! es un bar de ambiente y sólo depravados son admitidos. Depravados, prostitutos o niños pequeños que se corrompen pensando que le gustan sus amigos y no sus amigas. Dios manda, claro. Y Dios no manda a sacerdotes que abusen de niños ni a obispos católicos que los corrompan en su seno. En su lugar, esas pobres almas confundidas por ideologías que pretenden distraer su sexualidad, se dejan llevar por nuevas corrientes que los hacen terminar en EL INFIERNO.
Qué bonito lugar, la gente se come los pitos, las chicas se lamen los pezones. Se respira libertad, se respira semen y no huele a incienso. Por momentos da asco. Esos momentos en los que llegan malditos reprimidos que se vanaglorian éstos días llevando tronos y acudiendo a misas como ésta (vídeo). Son ellos los que corrompen su alma. Los imagino fustigándose después de una mamada, quizás incluso han follado con algún menor, porque para ellos la homosexualidad es sexo, es El Infierno.
Me apiado de ellos, de la tortura en la que viven por oír a sus Obispos, por engañar a sus señoras, por engañar a su Dios. Un Dios que en ningún momento noto que me rechaze, un Dios que si descendiera a la tierra probablemente identificara más El Infierno con su Vaticano que con éste bar de calle Deseo.
Creo que pediré unas copas. Me apetece brindar con mis amigos, que ni son prostitutos, ni depravados, ni van comiendo pollas a reprimidos. Creo que admitimos demasiado, que escuchamos bastante y que aún así brindamos tan tranquilos. A veces la tolerancia no me gusta... la tolerancia para con ésto:
Os aseguro que El Infierno algún día los encontrará a ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario