Llegas a un improvisado teatro en el que Sergio Mur se acaricia el pecho desnudo a 30 centímetros de tu 'butaca' que consiste en un taburete de barra o una de las decenas de colchonetas que rodean la 'cama' principal. La líbido sube en contraste con la tenue luz que ilumina al actor. Cuando más encendido estás sin poder dejar de mirar ese pecho repasado una y otra vez por una suave mecida de su mano izquierda, se hace la luz y aparece Sara Martín en conjunto interior y Alicia Rubio como anunciadora de lo que alrededor de esa cama va a ocurrir.
En un principio la obra resulta cargada de clichés de comedia a tres bandas convencional; centrada en hombre primate y novia y amante ambas mujeres fuertes pero atrapadas en ese ser primate y mentiroso. Poco a poco van sucediendo situaciones imposibles o no tanto que desembocan en un absurda situación de relación idílica entre tres.
Lo mejor de Cuatro estaciones y un día son sin duda sus actores y el ambiente directo que crean al ser un texto pensado para microteatro. Microteatro, tan consolidado ya en Madrid, llegó anoche a Málaga y el resultado no defraudó en absoluto. En un principio miradas escépticas por nuestra parte hacia un público que considerábamos no del todo merecido receptor de éste tipo de arte minimalista pero que disfrutó de lo lindo con un texto divertido y con tres personajes que cumplían bien sus estereotipos.
No hay nada que llegue mejor al público que el amor y las diversas situaciones que complican las relaciones sentimentales. Entretenida y directísima, haciéndote por momentos sentirte intimidado las cercanas miradas a los ojos de los actores, la fórmula de microteatro llegó anoche por fin a Málaga, en Toulouse Club y fue un éxito que esperamos se repita de forma cíclica y nos traiga buenos momentos e interpretaciones tan magníficas como las de anoche.
Acentúo aún más el nombre de Alicia Rubio cómo gran descubrimiento personal y como necesidad de verla en grandes proyectos que la encumbren.
Jesús Galeote.
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