domingo, 15 de abril de 2012

Günter Grass, viejo nazi.

    El Berlín-Blog de Juan Gómez en elpais.com es como bien dice su autor un cuaderno de bitácora en el que se habla desde la omnipresente Merkel hasta la anhelada vida nocturna berlinesa. Hoy también se habla del Holocausto, y no precisamente por gusto, más bien por obligación a disgusto.

    Probablemente habréis oído en los últimos días el nombre de Günter Grass. Algunos, los más lectores, lo conocerán por su obra El tambor de hojalata y por ser premio Nobel de Literatura, ahí es nada. Ahora además, es un viejo senil y persona non grata en Israel. ¡Qué vejez más mala!

    Como aquí de elitistas no tenemos nada, os cuento la polémica para principiantes y os doy mi propia opinión forjada a base de Google y del releído Berlín-Blog de Juan Gómez. Resulta que Günter Grass ha escrito un poema, declarándose de antemano bastante anciano ya, titulado Lo que hay que decir. En él se ha quedado agusto tachando a Israel como la gran amenaza mundial de nuestros días, más incluso que Irán. Y eso si lo dijera yo en mi blog, estaría tremendamente indocumentado o desinformado, pero no vetado allá en tierras judías; en cambio cuando lo hace un premio Nobel, escritor de éxito, alemán, y aquí el redoble... ex miembro de las Waffen-SS que eran a rasgos generales tropas nazis de la segunda guerra mundial, pues ya tenemos el dato.

    Aplaudo otro artículo sobre el tema escrito por José María Ridao,  en el que enuncia bien claro que el Günter éste ha venido a disfrazar de poema un artículo bomba para que el cariz artístico o literario disimulara la verdadera intención del mensaje. Con la polémica y la diplomacia en marcha, Alemania dividida en la calle pero políticamente sin aludir jamás a temas de Israel, así se ha quedado de pancho el señor premio Nobel. Ahora Israel lo ha declarado persona non grata y el revuelo de editoriales a favor, en contra, extasiadas y también escépticas de la polémica va a ser un no parar éstos días.

    Como ya habréis deducido, me inclino más del lado de Ridao o de Juan Gómez. Un anciano ya con tintes seniles que ha decidido dar de qué hablar y, añado yo, vengarse años después de todos los años de autoinculpamiento alemán por el Holocausto. Si quería quitarse una espina, se la podría haber clavado en el ojo, porque para escribir ésto que él mismo ha calificado de su 'última tinta' no hace falta ni ser Nobel, ni ser alemán. Es cuestión de ser FASCISTA.
   
    Me vengo haciendo eco desde hace varios meses de una preocupación, pero no está de más recordarla: Europa sufre un avance a grandes pasos de movimientos de ultraderecha. No sé qué se puede hacer para pararlos o sí simplemente es cuestión de ciertos brotes, pero ahí lo dejo y sin ningún ánimo de alarma social, que sí de Vergüenza Social.


    Jesús Galeote

No hay comentarios:

Publicar un comentario