sábado, 19 de noviembre de 2011

China: Día 4. Sí venga, loca.

    Hoy me he levantado con el cuerpo fatal. Después de una magnífica cena italiana, cervezas y varios gin tonics, no he dormido nada. Mi sensación antes de bajar a desayunar era tan negra como la noche de anooche en Shanghai. Había mucha niebla ocultando los altos rascacielos y para colmo me dediqué a sacar fotos a partir de las once de la noche, que es cuando los apagan:



    Muy negro muy negro todo


    Ésta mañana me he levantado a las siete, bueno a las siete y cuarenta y cinco finalmente. Como un zombie me he metido en mi ducha, que para colmo, se me ha atascado. No entiendo como en un hotel de ésta categoría puede eso ocurrir. Vale, que yo tengo una frondosa cabellera, pero para que se atasque necesitamos una longitud capilar como la que yo tendré en verano, así que por mi culpa no es. He pensado que igual, al estar aquí tan cerca de Japón, anoche me visitó Samara y como no le hice caso, la pobre se terminaría aburriendo, y ¿qué hace uno cuando se aburre si no es ducharse o depilarse? Que conste que yo no me depilo y espero que Samara tampoco...es mu chica para ser ya una Pantoja.

    He desayunado super british: pastel de patata, alubias, bacon y un poquito de queso emmental, porque a mi me encanta conjugar Londres con Amsterdam y pensar que algún día fueron la misma ciudad hasta que Hércules las separara igual que hizo con el estrecho de Gibraltar. Tras el desayuno, nos esperaba George (hoy íbamos con chauffeaur privado) y nos ha llevado hasta Sinotex, dónde hacen los chaquetones de Zara, Dolce & Gabbana (verdaderos) o Massimo Dutti, entre otros. Mi gozo en un pozo porque no habían hecho la bomber beisbolera de Versace para H&M, y con ello se ha ido al traste el ansia cleptómana que me entra cada vez que visito su showroom. A las chicas les ha encantado mi trenka y se la querían quedar para copiar el tejido. Sí venga, loca.

    Luego hemos trabajado y me han vuelto a preguntar en el showroom si salgo ésta noche. Y DALE QUE SIIIIIIIIII. Que interés tiene la gente con que yo salga. Es muy duro eso de ser el alma de la fiesta, el rey de la pista o el primero en la barra. La gente te toma por 'obsequio de sábado noche' y no puede uno quedarse tranquilo viendo tranquilamente Salsa Rosa, digo La Noria. Ays noo sé, las de Vuélveme Loca me tienen hecho un lío...
    Hemos almorzado en mi restaurante chino preferido, JoJo. Se come de escándalo y tiene unos cuadros que cualquier día se los compro (los robaría si no fueran más grandes que yo). Berenjenas salteadas con cebollitas y cabezas de ajo, gambitas al ajillo, ternera picantita y la típica tortilla china que te meten a daditos en el arroz tres delicias, pero entera. Delicatessen. Si algún día venís conmigo a Shanghai os llevaré y ya jamás querréis volver a ser españoles, mucho menos europeos.

    Lo mejor para rebajar la comida y la cerveza, un ratito de compras. El taxi que nos ha llevado al fake market me ha dejado justo delante de éstas preciosas flores; tan delante que al abrir la puerta he tirado un macetero y casi media china se me echa encima para llevarme a la plaza de Tianamen o como se escriba. Luego me he comprado unas converse enteras negras cómo las que me gustan y una funda para mi portatil, azul eléctrica. No pasar desapercibido, de eso tengo el día.



Sorry sorry!

    Y ahora estoy aquí, queriendo convertir los campos en ciudad. Me voy a la ducha, que evidentemente voy a Salirrrr pero antes vamos a un Mexicano a cenar, wei.

Besos de sábado noche.

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