jueves, 3 de noviembre de 2011

Nosotros, los rojos.

    La Iglesia, esa institución que aún no asume que está a millones de años luz de ser aquél líder espiritual exclusivo que fue, se dedica éstos días a difamar a través de webs independientes simpatizantes. Ayer, en infocatolica.com, lanzaban en apenas unas líneas y sin ningún argumento, que en el seno del movimiento del 15-M se está creando una secta de ideología humanista. Quiero destacar tres cosas. Primero la nada contrastada información, convirtiendo la 'noticia' en rumor de colegio. Segundo la NO NOTICIA puesto que imagino que dentro del movimiento 15-M por lo inmenso, inabarcable y plural, no sólo habitarán ideologías humanistas; sino figúrense que habrá hasta algún católico... Y tercero, la noticia no admitía comentarios de internautas. Difamar y no dejar opinar, eso parece ser la Iglesia. Desde luego lo que no me imagino es a los del 15-M quemando en una hoguera de Sol a unos cuántos humanistas cómo al parecer los de infocatólica.com haríais...

    Con el mismo dedo acusador con el que la ya nada influyente institución católica señala; yo quiero señalar, cambiando el tema, a los responsables del próximo debate televisivo en RTVE en el que se ha excluido a Rosa Díez alegando que su partido no constituye un grupo propio dentro del Congreso de los Diputados. Sabemos perfectamente que ésto es así, y que lo es gracias al sistema electoral por el que nos regimos. Aún así no puedo entender cómo se puede excluir al que será con toda probabilidad tercer partido más votado el 20-N y que se convertirá en partido clave si el PP no se impone por mayoría absoluta. Haya de quién haya sido la idea, es de un cariz censor que no debería darse en éste tan importante período electoral. De éste modo, los grandes jamás dejarán de serlo, el bipartidismo nos aburrirá soberanamente y el resto serán tratados de coristas o aspirantes a estrella de ese cabaret al que alguien ha decidido que no tienen suficiente talento para estar en cabeza de cartel.

    Desde aquí digo, y como siempre tan claramente, que aún no he decidido a quién votar el 20-N. En mis ideologías políticas sólo tengo una máxima inamovible: NI MI VOTO, NI MI ABSTINENCIA, FAVORECERÁN JAMÁS A QUE EL FASCISMO DISFRAZADO DE GAVIOTA LLEGUE AL PODER. Cumpliendo esa máxima, que es mi única autoncensura, sigo teniendo una amplia libertad de voto y decisión en la que moverme, informarme y desde luego ejercer libremente.

    Ahora que el cambio se nos presenta inevitable, y de verdad expreso mi deseo de que sea saludable; no hay que tener miedo. Al contrario, son ellos los que deberían temernos. Nosotros, los rojos, ya hemos demostrado que tenemos más conciencia política que ellos, castigando cuando es preciso lo que anteriormente premiamos. Sabemos que ellos jamás lo harían. Tampoco hay que temer a sus ideas fascistas y absolutistas. Nosotros, los rojos, ya les demostramos durante sus últimos ocho años de 'reinado' que no nos callamos. Ahora estamos mucho más preparados aún para hacerles frente, y somos mucho menos conformistas. Que el ideal del 15-M, pese a que en mi opinión no haya llegado más lejos por un exceso de anarquía, no se apague; al contrario, se avive con más fuerza para llenar Sol o cualquier plaza cada vez que ésta panda de caciquistas, señores feudales y putas de hierro nos arrojen sus políticas y discursos triunfalistas. España no está en situación de llegar, sentarse en un trono y tratarnos como peones. No ahora. AHORA NO.

    Nosotros. Los rojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario