Yo me mantengo. Hay una luz que entra radiante desde el dormitorio y refleja la estantería roja cargada de películas, libros, souvenirs. Una gioconda de ojos poliédricos mira al gato blanco que ni mueve el brazo ni me desea suerte, ni nada. Me mantengo con una amarilla Isabel II que hoy mueve su mano más fuerte que de costumbre. Hace sol. En la plaza dónde nació Picasso, cientos de turistas en shorts se fotografian junto a una escultura del sempiterno pintor. La ciudad empieza a nacer con un sol más de Mayo que de Febrero, tan puto como Enero. Un cortado con leche tibia en un bar dónde decenas de sillas de colores te recuerdan que es la ciudad de la luz, del color. De Picasso. Me gustaría saber qué ruta siguen después los turistas, si vuelven al crucero atracado a buen puerto o siguen paseando por las calles de éste centro que me mantienen, nos mantienen. Hoy va a ser el primer día de muchos días de luz. El sol ilumina la estantería roja cargada de películas, de muñecos, de souvenirs. El gato blanco sigue sin mover el brazo. Yo daré el mío a torcer.
Buen Sábado.