Los guiñoles franceses nos parodian y el exceso de patriotismo nos invade. Patriotismo que no usamos para otras cosas. España, exportador en los últimos años de grandes personalidades influyentes en cualquier ámbito, sólo se siente ofendida cuando se mofan de Nadal o de Contador.
Hace ya muchos años parodiaron a Penélope Cruz en Padre de Familia, en los pasados Globos de Oro el presentador decía 'no entender a Banderas' pero tuvo que ser una colombiana quien parara los pies al locutor. Bisbal, Alejandro Sanz, Julio Iglesias, su hijo, todos van por el mundo, nos gusten o no, recaudando éxitos con Ñ. De todos ha habido mofas en cualquier país, y no como españoles, sino como personajes públicos siempre vulnerables a éstos ataques, y aquí nadie ha abierto el pico.
Pero con el Deporte no eh!, con el deporte no!. Si se meten con nuestros deportistas, nos rasgamos la Ñ y lo que haga falta sin ser conscientes de que así, solo conseguimos más motivos de burla. Por paletos. Recuerdo los Guiñoles españoles, haciendo lo mismo tanto con españoles como con foráneos. Pero claro, 'yo me meteré con los míos si quiero, tú ni los toques'.
La España paleta, reivindicadora de la Ñ, la que no defiende a Bardem por ser rojo, a nuestras actrices internacionales por ser guapas o a nuestros cantantes por hacer siempre lo mismo; es la misma España que pide condenas cuando se ríen de nuestros deportistas porque claro, 'ésos si que son hombres'.
Me gustaría que en el extranjero supieran que hay una España, con Ñ también, que entiende el showbusiness y que se enorgullece porque nuestros chicos, también los deportistas, sean tan famosos que sean susceptibles de crítica.